FUENTE: PERIÓDICO HOY; 08/04/2008
La solidaridad de las madres norcacereñas sitúa en el 12,5 % el nivel de donaciones frente al 7,3% del resto de Extremadura Las unidades extraídas se almacenan en Barcelona en espera de que se necesite
PILAR ARMERO
Una enfermera atiende a una paciente del Hospital 'Virgen del Puerto' en una sala en la que se puede ver el reclamo sobre la necesidad de disponer de sangre del cordón umbilical./ ANDY SOLÉ
LA VOZ DEL EXPERTO LOS DATOS LOS DATOS
Programa de donación de sangre de cordón: se puso en marcha en noviembre de 2007 en los hospitales extremeños.Dónde se recoge: en los paritorios de los ocho grandes hospitales extremeños (Badajoz; Mérida; Don Benito-Villanueva; Llerena; Cáceres; Plasencia; Coria y Navalmoral).Lo que se ha recogido de enero a marzo: han sido un total de 200 unidades, 61 en enero y febrero respectivamente y 78 en marzo. Las donaciones representan el 12'5 por ciento de esta cantidad y la media regional es 7'3 por ciento.
Las madres del norte extremeño tienen un acusado carácter solidario. Lo pone de manifiesto la estadística que maneja el Servicio Extremeño de Salud, que refleja que su respuesta a la llamada sobre la donación de sangre de cordón ha superado la media regional e incluso las previsiones marcadas, ya que se esperaba que las cifras con las que ahora trabajan hicieran su aparición cuando este programa llevase un tiempo de rodaje. No a los tres meses de haberse puesto en marcha.Lo cuenta con optimismo el director del Banco Extremeño de Sangre, José María Brull, que señala que en lo que va de año las donaciones de las placentinas representan el 12,5 por ciento del total de cordones recopilado en la comunidad autónoma, mientras que la media regional se sitúa en el 7, 3 por ciento. De las 78 donantes que hubo en marzo en los ocho hospitales extremeños que son cabecera de zona, 25 pertenecen al 'Virgen del Puerto'.A tan altruista respuesta habría que sumar los también excelentes resultados en las áreas de Navalmoral de la Mata y Coria, donde las mujeres están imbuidas de la misma inquietud solidaria, consiguiendo elevar a un merecido puesto de honor el norte cacereño. Por encima de todos, no obstante, está Don Benito-Villanueva.Esta respuesta ha llamado la atención por su premura, pero tampoco ha extrañado en exceso, ya que en cuestiones de donación de sangre, Plasencia y su zona de influencia son especialmente representativas. «En esta cuestión se supera, no solamente la media regional, sino incluso la nacional», asegura Brull, que apunta que se da la casualidad de que las áreas geográficamente más extremas de la región son las que más donan. «No me preguntes por qué, pero es lo que ocurre con Plasencia-Navalmoral de la Mata y con Llerena-Zafra».En el caso de la sangre de cordón, a este espíritu generoso hay que añadir la campaña puesta en marcha desde el Servicio Extremeño de Salud, que ha movilizado a su personal y al de las hermandades con las que colabora para que se dediquen a difundir todo lo concerniente a esta posibilidad de contribuir al avance sanitario en la curación de enfermedades. «Estamos trabajando mucho en este sentido. En unos minutos salgo para un colegio, a dar una charla sobre el tema».Información seria Brull cuenta que han transmitido la información de una manera rigurosa, seria, ofreciendo datos y hablando de todo lo que concierne a la cesión de esta sangre que se caracteriza porque contiene elementos capaces de generar células sanguíneas en cantidades adecuadas. «La gente está preparada para recibir esta clase de información y responde mucho mejor que cuando se les pide que donen en plan dramático».La decisión de donar la sangre del cordón umbilical puede tomarse en el momento mismo del parto, aunque también es posible hacerlo antes. Por eso en los hospitales y en los centros de salud se ponen a disposición de los usuarios unos trípticos informativos que, además, incluyen un consentimiento informado que se puede firmar en el instante para aseverar la donación. «En ningún caso podemos recoger la sangre sin ese aval, aunque la opción que quede sea tirarla a la papelera». El ginecólogo o la matrona tendrán también que poner su rúbrica en un informe en el que quede claro que no hay riesgos.No obstante, la sangre se someterá a otro examen y se derivará a Barcelona, donde quedará almacenada hasta que se requiera en cualquier lugar del mundo, ya que desde ese momento se entra a formar parte de una red mundial. «Desde los hospitales de Extremadura puede acabar en Sydney, en Tokio o en Cincinatti, para evitar la muerte de un enfermo que no ha encontrado ningún donante compatible en el resto del mundo. El 40 por ciento de personas que necesitan un transplante de médula no lo halla. Para eso, por ejemplo, se necesita quien esté dispuesto a dar su sangre». Ni dolor, ni riesgoDecidir que una cantidad de la sangre que ha circulado entre una madre y un hijo pase a formar parte de esa cadena internacional es un acto de generosidad que está dejando bien alto el pabellón extremeño.La extracción se lleva a cabo una vez que se ha separado a la madre y al hijo. Es cuando se realiza una punción en el cordón, para recoger entre 120 y 150 centímetros cúbicos de líquido. El peso mínimo que debe tener para remitirlo al depósito de Barcelona es de 120 gramos.Los requisitos que se piden al donante son prácticamente los mismos que se requieren a la hora de dar sangre o en cualquier protocolo sanitario, para evitar contagios. En líneas generales, hay que tener cumplidos los 18 años y gozar de buena salud, no pertenecer a grupos de riesgo ni tener antecedentes por enfermedad, con el fin de evitar que que la sangre donada pudiera ser transmisora de enfermedades.Por encima de todo, «lo más importante es querer hacerlo», apunta Brull. En el norte extremeño, en la provincia de Cáceres, ha quedado claro que esta premisa se cumple. Las madres pueden, por tanto, presumir de ese carácter generoso que, por encima de la frialdad de los números, las estadísticas revelan que tienen
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