FUENTE: PERIÓDICO HOY; Martes, 28 de febrero de 2006
La Asociación para la Donación de Médula Ósea quiere promover la creación de un sistema de recogida de cordones en las maternidades de la región Los seis bancos públicos españoles almacenan el 10% de las donaciones mundiales
ARACELY R. ROBUSTILLO/BADAJOZ
La Asociación para la Donación de Médula Osea de Extremadura, quiere promover la creación de un sistema de recogida de cordones umbilicales en las maternidades extremeñas, que tendrían como destino el banco de sangre procedente de cordones umbilicales más cercano, en este caso, el de Madrid. En la actualidad, España es el segundo país del mundo en donantes de cordón umbilical, con unas 20.000 unidades guardadas en los seis bancos existentes, que suponen el 10% del conjunto de las donaciones mundiales, según el Ministerio de Sanidad. Extremadura quiere contribuir a ello. «Nos gustaría que hubiera un sistema de recogida de cordones umbilicales en las maternidades extremeñas, para que, cada vez que una madre de a luz, el cordón umbilical que se tira, sea enviado al banco más cercano», explica la presidenta de Asociación para la Donación de Médula Osea de la región, Virtudes Carrasco. Ella es contraria a que empresas privadas congelen células madres del cordón umbilical para tratar posibles enfermedades futuras del bebé del que proceden, porque «acabarían con la cadena de solidaridad».A la espera de reunirse con el consejero de Sanidad para presentarle el proyecto, Virtudes se muestra optimista ante la posibilidad de que 'cristalice' y ve en ello una nueva vía para salvar vidas.En España existen seis bancos: el madrileño y los localizados en Málaga, Barcelona, Galicia, Valencia y Tenerife. Los cordones que llegan a estos centros han sido donados por familias altruistas que han decidido ceder, de manera absolutamente anónima, el cordón umbilical de su bebé .Con nombre y apellidosEl proceso es sencillo y puede salvarle la vida a una persona que el donante nunca conocerá. Susana Martín Lebreiro hace años que quería donar su cordón umbilical. Cuatro años atrás, cuando dio a luz a su primera hija, lo intentó, pero en aquel momento no era viable. Con su segundo retoño, su hija Eva, el hospital de Móstoles ya ofrecía como parte de su rutina a todas las madres embarazadas la posibilidad de donar el cordón umbilical. «Yo no lo dudé un momento, firmé los papeles y decidí hacerlo».Esta bióloga fuertemente vinculada a Extremadura, ya que sus padres viven aquí desde hace unos años, tiene muy claros sus motivos: «El cordón umbilical y la placenta no son un desecho posparto, sino una fuente riquísima de células madre que, correctamente utilizadas, gracias a los avances científicos actuales, pueden representar el único procedimiento de salvar su vida para muchos niños afectados de leucemia que necesitan un transplante de medula ósea».Susana lo tenía bien presente. No mucho tiempo atrás a Miguel, su sobrino, que ahora tiene tres años, se le diagnosticó un cáncer cuando tenía siete meses de vida y pudo recuperarse gracias a un cordón umbilical procedente de un banco internacional: «De repente, como si fuera un milagro, tuvimos la posibilidad de salvarle gracias a la donación de una madre generosa».ProcedimientoLa sangre es la clave en este tipo de donaciones. «La sangre del cordón umbilical, un órgano temporal ligado a la reproducción humana es rica en células progenitoras de la sangre y contiene elementos capaces de generar células sanguíneas en cantidad suficiente para el transplante, especialmente en pacientes infantiles», subraya Ignacio Santiago Álvarez Miguel, biólogo que trabaja en el Instituto Extremeño de Reproducción Asistida y que ha partidipado en la recogida de cordones umbilicales de carácter privado, coordinadas por empresas extranjeras.Las células madres, capaces de multiplicarse y transformarse en células especializadas capaces de regenerar órganos y tejidos, podrían ser en el futuro la solución para el tratamiento de enfermedades de tipo renal, hepáticas o neurodegenerativas.Su obtención mediante elproceso de donación es sencillo y el protocolo, simple. «Sólo tuve que firmar un 'papel' en el que decía que estaba de acuerdo con donar mi cordón umbilical», dice Susana. En dicho permiso, los datos se limitan a un historial clínico del donante, para delimitar la calidad del futuro cordón. Al finalizar el parto, se le realiza a la madre un análisis de sangre para asegurar que está en las condiciones idóneas para donar el cordón. La bióloga explica que no hay ningún tipo de control específico previo ya que, el mismo, se limita a los análisis de sangre trimestrales que se realizan de manera regular como en cualquier embarazo.Ni siquiera hay un plazo preestablecido a la hora de tomar una decisión para hacerse donante: «Prácticamente se da el consentimiento con la firma de esos papeles al final del embarazo, en el octavo mes», apunta Susana. En todo momento, se mantiene una estricta confidencialidad y cuando termina el procedimiento, el papel de la donante acaba con el parto. «Estoy totalmente desconectada ahora. Si alguna vez utilizan mi cordón, no lo sabré, ni quien lo recibirá, por eso es anónimo y altruista».Con respecto a aquellos que prefieren conservar el cordón de sus hijos para posibles futuras enfermedades, Susana se muestra favorable a que existan ambas opciones: «Siempre y cuando exista también el servicio público de donación y recogida y que todos tengamos acceso a él, independientemente de la condición social y económica».Susana está muy satisfecha de la decisión que ha tomado y considera que hay mucho desconocimiento sobre el tema, incluso cierto grado de 'oscurantismo' a nivel administrativo. Asegura que una gran mayoría de embarazadas y futuras madres estaría encantada de poder ayudar de esta forma «tan sencilla» a muchos niños: «Salvar una vida no cuesta más que un pinchazo posparto».La desinformación, una vez más, se convierte así en el principal enemigo de la solidaridad.
miércoles, 1 de marzo de 2006
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